En la Selectividad todo es importante, hasta el más mínimo detalle. Es fundamental tener claro cada aspecto que van a evaluar. Un apartado frecuente suele ser la redacción de un texto argumentativo acerca de un tema determinado en el propio examen.
Un texto argumentativo es aquel que trata de persuadir el lector sobre un determinado punto de vista, convencerlo de una opinión, criticar algún aspecto, etc.
Es importante practicar este tipo de texto ya que el examen del Selectivo consta de un texto que se debe argumentar.
¿Cómo se estructura el texto argumentativo?
Hay varias cosas que se han de tener claras antes de empezar a escribir un texto argumentativo.
Lo primero es conocer muy bien el tema sobre el que se va a escribir para poder expresarse con claridad. Para ello, se deben reconocer claramente estos tres aspectos:
- Tema: de qué se va a escribir, es decir, de qué trata el texto.
- Tesis: tener clara la opinión que va a exponerse.
- Argumentos: qué razones van a darse para defender un punto de vista.
Para redactar un buen texto argumentativo, es importante también el tipo de orden en la estructura. De esa forma se ordenan mucho mejor las ideas y redactar mejores textos:
- Deductiva: la tesis se expone al principio y los argumentos después.
- Inductiva: argumentos especificados al principio y la tesis al final.
- Circular: la tesis se encuentra tanto al principio como al final del texto. Los argumentos se desarrollan en la parte central del texto.
Introducción
En la introducción, se presenta el tema del que se va a desarrollar a lo largo del texto y se decide a quién ira dirigido el texto, es decir, en primera persona para dar tu opinión, en segunda para dirigirte al lector, etc.
La introducción es un momento crucial, ya que es cuando el lector decide si sigue leyendo el texto o no. Sin una introducción atractiva, el lector no continuará hasta el final.
Para ello, es necesario dar claridad y objetividad al texto, de esa forma se demuestra conocimiento, seguridad y autoridad sobre el tema.
Algunos ejemplos de técnicas a emplear para mantener la atención del lector sería usar menciones o citas impactantes, preguntas retóricas o datos, ejemplos que refuercen lo que deseas transmitir, contar historias o hacer preguntas que la persona se haría a sí misma.
Argumentación
Para hacer un buen argumento es importante tener la tesis clara. Los argumentos sirven para probar, apoyar, justificar o rechazar una idea u opinión.
El desarrollo puede ser considerado como el corazón del texto, por eso, normalmente, cuenta con más de un párrafo. Cada argumento, en defensa del asunto debe corresponder a un párrafo.
Tipos de argumentos
- Analogía: se defiende una idea o un hecho basándose en que es parecida a otras que están muy aceptadas.
- Autoridad: es un argumento que, en lugar de apoyar una opinión propia, apoya la opinión de una persona experta en la materia.
- Cantidad: se apoya una idea según lo que la mayoría de las personas creen, piensa, dice o hace y por sentido común.
- Causalidad: demostrar una relación causa-efecto entre dos hechos o ideas suele ser un razonamiento muy eficaz para defender una tesis u opinión.
- Conocimiento general: el argumento se basa en conceptos conocidos por la sociedad acerca del tema.
- Afectivo-emotivo: al emplear este tipo de argumentación se trata de conectar con el lector a través de las emociones, buscando empatizar o crear una relación de simpatía o, incluso, de rechazo.
- Estético: la parte más artística y bella destaca frente a otros aspectos para defender la tesis.
- Experiencia personal: se utiliza este tipo de argumento basándose en una experiencia propia, observada o vivida por uno mismo.
- Ético: se respaldan los argumentos, principalmente, en valores como justicia, libertad, respeto, etc.
- Estadístico: se sustentan los argumentos mediante el uso de datos, estudios, estadísticas, etc.
- Generalización: se utilizará este tipo de argumento en verdades comúnmente aceptadas, es decir, donde la mayoría de la gente cree que es así.
- Tradición: se busca reflejar las costumbres de la sociedad, ya sean valores, creencias, hechos… La finalidad es que el lector asuma que lo que siempre ha sido aceptado de una forma no tiene por qué variar.
- Utilidad: se asume como argumento válido aquel que es útil o necesario frente aquel que resulta inútil o innecesario.
- Prejuicios: con este tipo de argumento se apelan a los prejuicios que posee el lector para defender la tesis del texto.
- Progreso: en la gran mayoría de los casos, aquello que es nuevo, novedoso, original… Gana relevancia e importancia frente a lo considerado antiguo, copiado, etc.
- Racional: se apoya en la evidencia demostrada mediante estudios, análisis objetivos… que sustentan la posición defendida.
- Refranes, proverbios, máximas: normalmente estos recursos se entienden como verdad. Es asumido que los proverbios, refranes y máximas vienen de fuentes cultas.
- Salud: se considera una mejor opción todo aquello que suponga un beneficio para la salud física y mental, frente a lo que puede dañarla, ser perjudicial o nocivo.
Conclusión
La conclusión es la parte final del texto. En este punto se hace referencia a la tesis en caso de no haberlo hecho anteriormente, o puede reformularse de otra forma para aclarar y recalcarla al lector.
La conclusión supone una especie de resumen donde se destaca aquello más relevante del texto argumentativo.
Una recomendación es finalizar el texto empleando algún recurso que involucre a la persona que está leyendo, por ejemplo, invitándola a reflexionar. Para ello, pueden emplearse preguntas retóricas, reflexiones derivadas del texto, alguna petición hacia los lectores, etc.
Consejos para hacer el mejor texto argumentativo
Algunos consejos a la hora de hacer el texto argumentativo en la Selectividad:
- Leer bien el texto: en el examen de lengua de Selectividad ofrecen un texto al principio del cual luego tiene que hacerse un texto argumentativo. Se recomienda leer bien y prestando atención para saber muy bien sobre qué se va a escribir el texto.
- Hacer un esquema de cómo va a ser el texto: Antes de empezar a escribir, pensar cómo se va a redactar el texto y toda la información que se puede necesitar.
- Ordenar bien todas las ideas: Hay argumentaciones que se entienden mejor o peor dependiendo del orden en el cual se expongan. Pensar en cómo quedará la argumentación siguiendo los distintos tipos de orden y elegir aquel que haga la argumentación más fácil de entender.
- Cuidar la redacción: Ha de ser una lectura agradable, por lo que es interesante que se divida el texto argumentativo en párrafos. Tratar de distinguir claramente la introducción, argumentación y conclusión.